El Regreso

Lupillo: “Transcurrieron varios meses para poder recuperarnos de la tragedia del accidente pero ese receso de alguna forma nos sirvió, todo ése tiempo que estuvimos “inactivos” aparentemente y que no sucedía nada con Tijuana Five preparamos nuevo material musical, diferente vestuario, la greña mas larga, inclusive incorporamos nuevos instrumentos como la cítara, un instrumento de la india que empezaba a causar furor entre la onda hippie.

También una Gaita, instrumento de aire legendario de Escocia, un koto instrumento tipo arpa tradicional de Japón y varios instrumentos raros que ya eran necesarios para el nuevo sonido e imagen de “Tijuana Five”. Regresamos al “Mike’s Bar”, lugar donde gracias a Dios siempre tuvimos las puertas abiertas. Reanudamos nuestras actividades con más brillo y entrega”.

La fama de “Tijuana Five” se fué extendiendo en todo el país por medio de su disco, giras, reseñas de revistas y por otros medios de difusión, iban y venían de la ciudad de México a Tijuana para hacer presentaciones especiales, con todo ese trabajo llegaron a ser uno de los mejores conjuntos de rock en todo el país, la hermandad que había entre ellos era tangible, no había vicios y tenían muy bien definido lo que querían, eso fué la base de su éxito.

Lupillo: “Hay algo que todavía cuando me acuerdo me da risa; el grupo aparte de tener mucha estrella tenía mucho jalón con el sexo femenino. casi siempre en nuestras presentaciones había un porcentaje no menor del 70% de damitas y el resto de barones, aparte de la chamacotas locales también venían muchas gabachitas del otro lado (Estados Unidos) esto les ardía tanto a los policías que rondaban la Av. Revolución no soportaban ver a un melenudo por la calle acompañado de una bonita y bién formada muchacha, por que lo levantaban sin excusa alguna, lo rapaban y de paso le daban su buena “calentada”, todos los rockanroleros teníamos que andar a salto de mata por que estos neófitos eran nuestros verdugos ya que actuaban por celos y envidia.